Revista de la Academia de Derecho Fiscal del Estado de Baja California
En su génesis, la autoridad justificó la necesidad de crear un Padrón de
importadores, a efecto de tener un mayor control sobre los sujetos que introducían
mercancías a territorio nacional, permitiendo a la autoridad conocer quien importaba y
que productos se importaban, y cerciorarse que dichas personas fuesen reales
pretendiendo disminuir el contrabando documentado, sin embargo lejos de satisfacer
este objetivo en el caso de los pequeños contribuyentes, el Padrón de importadores
se ha convertido en una restricción no arancelaria insalvable y sin sentido, la cual no
solo impide que la autoridad conozca realmente quienes son los adquirientes de las
mercancías de procedencia extranjera para su comercialización, sino incluso impide
que la autoridad conozca los pormenores de la proveeduría de dichas mercancías.
En efecto, en la práctica común es el comerciante quien acude con su proveedor
en el extranjero a adquirir sus mercancías, pagando su importe directamente a este,
en consecuencia la comercializadora no tiene posibilidad alguna de comprobar la
compra de las mercancías.
Al momento de la importación, la factura de compra, se endosa a la
comercializadora, quien NO conoce al proveedor, y el proveedor, desde luego
tampoco conoce al importador, de ahí que en el caso de una investigación por parte
de la autoridad aduanera, el proveedor manifestará que no tuvo ninguna operación
con el importador, lo cual es totalmente cierto, lo que coloca en una situación muy
vulnerable a la comercializadora por virtud de lo dispuesto en el la fracción VI del
artículo 151 de la Ley Aduanera, disposición que prevé la posibilidad de embargar las
mercancías:
“VI. Cuando el nombre o domicilio fiscal del proveedor o importador, señalado en
el pedimento o en la factura, sean falsos o inexistentes o cuando en el domicilio
fiscal señalado en dichos documentos, no se pueda localizar al proveedor o la
factura sea falsa.”
En algunas ocasiones, la empresa comercializadora se toma la molestia de
“investigar” al proveedor para verificar que este exista, sin embargo esa investigación
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