Revista de la Academia de Derecho Fiscal del Estado de Baja California
bursátiles, dividendos y rendimientos, y acabar con ciertos regímenes especiales,
como en materia de transporte; dicho en términos simples, proponen cobrar más a
los ricos.19
Los fines esgrimidos para la reforma son muchos y pueden ser
contradictorios:
a) La competitividad que reclaman los empresarios, que significa en la
práctica bajar el impuesto sobre la renta a las empresas, lo cual puede ser
injusto.
b) La equidad que reclaman los progresistas, la izquierda, algunos
académicos, que significa mantener la progresividad del impuesto sobre la
renta a las personas físicas; gravar transacciones financieras o ganancias
en bolsa, lo cual puede ser ineficiente.
c) Es requisito fundamental que sea recaudatoria, como lo requiere el
secretario de Hacienda (se considera al IVA la mejor máquina
recaudatoria), lo cual puede ir en contra de los dos objetivos anteriores.20
Asimismo, llama la atención, la propuesta de reforma que formula Diego
Valadés: Derogar la fracción IV del artículo 31 constitucional, o cambiar sus
enunciados por el de progresividad. La fracción IV del artículo 31 constitucional,
diseñado conforme al criterio dominante a mediados del siglo XIX, basa la
tributación en los principios de proporcionalidad y equidad. Las constituciones
contemporáneas, empero, han sustituido la proporcionalidad por la progresividad,
de suerte que el porcentaje de la contribución aumente en razón de los mayores
ingresos y del capital. El sistema vigente en México auspicia considerables fugas
porque los grandes contribuyentes con capacidad litigiosa suelen encontrar los
19 Aboites Aguilar, Luis, Excepciones y Privilegios. Modernización tributaria y centralización en México 1922-
1972, El Colegio de México, México, 2003, pp. 9-10.
20 Suárez ob. cit., p. 77.
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